tic, tac.



Hoy, si hoy, hoy me he sentido como se puede sentir una florecilla que mira a su alrededor, y ve, a cientos y cientos de florecillas iguales. Pero no sabrá realmente cual es la que destaca.

Sus amigas, las ramas que finalizan su cuerpo le cuentan en susurros que no se preocupe por nada porque tiene que intuir que es ella la que destaca. No por ser bella si no por como es y ha sido durante todo este tiempo. Una persona humilde, transparente, y con mucha autoestima.

La florecilla sonrojada por los piropos de las ramitas, se creyó lo que le dijieron, y así prometió serlo, para siempre.

Porque la vida es demasiado corta para ser otra persona. Aprovéchala.