Esa droga a la que llamar autoestima, esa nueva pastilla en auge que bautizaron como valentía. Una raya de ese sentimiento que necesito y que venga envuelto en un paquete de regalo con una etiqueta de advertencia 'pureza máxima' y un lazo rojo. Ese chute en las venas de olvido.
Sólo necesito colocarme un poco y olvidarme que esta ciudad a veces está tan descolorida y perdida como yo.
